lunes, 2 de enero de 2012

La del moño colorado, el segundo himno del EZLN.

 
Cuando algún grupo musical se presta a las solicitudes del público presente, es decir a la hora de las complacencias, siempre pido “Obsesión”, “El relicario”, “El preso número nueve”, “Dos palomas al volar” o “La del moño colorado”, cada uno con sus historias particulares del porqué son de mi absoluta preferencia. “Puras difíciles” me dicen los tríos, conjuntos u orquestas de viento. Pero de todas esas canciones la que más me llega es la del “Moño collollallo”. ¿Y cuál es la razón? Sencillo. Resulta que el 1º de enero de 1994 un enracimado regimiento de indios chiapanecos, retobones, rezongones y pacabarla de amolar, con fierros y pólvora, ah, y ademñas todos con pasamontañas, le dijo ¡ya chole!, al gobierno del orejón, tracalero y tunante, Carlos Salinas de Gortari, y ¡que le declara la guerra al Ejercito Mexicano! Estos alzados se hacían llamar el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pa servirle a usté y a la concurrencia. O sea el que sería el famoso EZLN. Todos nos quedamos de a “seis”. No era posible, el mero día en que muchos mexicanos pensaban que ibamos a despertarnos gringos o con los ojos azules cuando menos o participar ya desde ese momento del primer mundo (nomás acuérdensen que ese día entraría en vigor el renombrado TLC), y ¡saz! que nos despertamos en Guatemala onde las guerrillas estaban de a peso. Y bueno, arrobados, asombrados ante ese ejemplo de valentía, heroismo, decoro, prodigio y lucha, nomás recibíamos las noticias que retumbaban por todo el mundo, y claro que en Texcoco también. Los combates, sí combates contra el ejército se sucedían sangrientamente en las montañas del Sureste Mexicano. Comenzando por San Cristobal, Altamirano, Ocosingo, Las Margaritas, Oxchuc, Huixtán, Chanal, con bajas por ambos lados, bombardeos del ejército, toma de ciudades por el EZLN. Neta que se nos caía la baba. Era una mezcla de emoción, asombro, admiración la que sentíamos por nuestro arrojados indios chiapanecos. Las movilizaciones civiles no se hicieron esperar en todo el mundo. Por supuesto mi grupo político texcocano agrupado en “Insurgencia Popular” marchamos cuantas veces pudimos por las calles del DF. Y fue tanta la presión civil y el apoyo mundial que el Salinas tuvo que declarar el cese al fuego el 12 de enero de 1994. Fecha inolvidable para mí porque ese día, ese mesmo día, nació mi chilpayata: Dorotea. Nació con el signo zapatista. Qué le vamos hacer. Y bueno después llegó la primera gran cita de apoyo popular al EZLN, a Guadalupe Tepeyac, a unos 90 kilómetros de Las Margaritas, en el corazón de la Selva Lacandona. En agosto, en otra fecha memorable, el mero seis de agosto y no están astedes pa saberlo ni yo pa contarlo pero ese día es como dijera Pedro Infante el día de mi Santo (cumpleaños pues), comienza la Convención de Aguacalientes ahí en Guadalupe. Y ai voy yo con mi handicam a filmar la Convención zapatista. Y… una chingonería, mis admirados zapatistas, yo y otros compas, ahí, con ellos, platicando, filmándolos y luego, escucho, escuchamos “La del moño colorado” en marimba, y luego yo tarareándola, y luego baile, y los milicianos zapatistas bailando la del moño, y luego yo llegando en otras ocasiones a La Realidad y otra vez escucho y oigo, oigo y escucho la del Moño 100 veces repetida y claro se empieza meter hasta lo más hondo de mis entrañas y por eso cada vez que puedo trato de escucharla. Esa es la historia de mi gusto por ese segundo himno zapatista. El primero es propiamente el himno zapatista con tonada de Carabina 30 30. Y bueno comencé a filmar un documental que aún se encuentra en el limbo de la espera porque en ese entonces aún las computadoras personales no daban para editar como ahora lo hago. Y de esas fechas es esta fotografía de su servilleta, con un chingo de años menos, con el Coronel Moisés (ojo: no es el Comandante Moisés, de reciente fallecimiento), figura relevante junto con el Comandante Tacho y el Subcomandante Marcos en esos heroicos días. Y esto viene a cuento porque hoy se cumpieron 18 años de esa gesta revolucionaria y pues hay que celebrarlo, no le hace que sea con un texto como éste. ¡FELICIDADES EZLN!
Por Salvador Díaz Sánchez. En conmemoración al 18 aniversario del levantamiento zapatista.

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